Retomando el hilo de los acontecimientos

El francés Franck Thilliez, autor de obras como El síndrome E y Gataca (El Mundo, 4 de marzo de 2012) apunta que sobre la violencia: Tenemos una actitud ambigua. Nos mostramos contrarios, porque impulsa a los hombres y a los pueblos a cometer actos monstruosos. Pero, por otra parte, nos fascina, aunque tratemos de esconder nuestra fascinación natural ante el «espectáculo» que ofrece, ya sea en la calle o en la ficción, a través de la literatura o el cine. Es el eterno conflicto que enfrenta nuestra conciencia, la que nos censura y nos guía en el recto camino, y nuestra parte más instintiva y más animal, que se siente atraída por todo lo que escapa de la normalidad.

Algo debe haber de verdad en esa ambigüedad para sigamos asistiendo a este ir desgranando muerte entre unas pretendidas relaciones afectivas. A estas alturas del año (apenas un mes) son ya 8 las mujeres asesinadas a manos de hombres egoístas, violentos y excluyentes.

La relación es macabra:

  • 4 de febrero: Gadassuar (Valencia)
  • 27 de enero: Granollers (Barcelona)
  • Entre el 1 de enero y ese 27 de enero otros cuatro asesinatos: dos en la provincia de Barcelona y otros dos en la de Tarragona. Aparte de ellas, otra en Badajoz y otra en Jaén.

Todas esas mujeres eran españolas y seis de ellas convivían con el agresor y NINGUNA había denunciado maltrato.

A la vez, no podemos dejar de recordar que en 2011 fueron asesinadas 61 mujeres y que en 2010 fueron 73.

Es una cuenta de suma y sigue inacabable que necesita de reflexión y de toma de decisiones, pero sobre todo, de una terapia social.